La aparición de la Virgen en una lámina de talco
Por: RAMÓN BRICEÑO CHERUBINI -
Jajó es la tierra de mis ancestros. En esta tierra germinó parte de mis antepasados. Es un pueblo con más de 400 años de historia, donde el historiador no sólo aprehende de ese pasado, sino que lo reconstruye desde su presente y su cultura, hace "presente" ese "pasado" tan remoto. En este presente hacemos un esfuerzo en un sentido creador, establecemos una relación entre el pasado que evocamos y el presente que es el nuestro.
Parte del historial de mi familia comienza con mi bisabuelo Don Pedro María Cherubini, venido de otro continente, de Italia, para radicarse en el pueblo de Jajó. En este mes de Junio, se cumplieron los 100 años, de un Examen aplicado a los alumnos de la Escuela Nacional de Niños de Primer Grado, Número 52, de Jajó, por el Preceptor (Maestro) Don Pedro María Cherubini, "que servirá de norte a la Honorable Junta Examinadora para los exámenes generales que de conformidad con lo resuelto por el Ciudadano Ministro de Instrucción Pública, están mandados practicar.". Este examen lo conservamos en nuestro poder, escrito en papel ministro y cuyo contenido lo estamos difundiendo en este aniversario de Jajó.
Este conocimiento de la historia de este terruño lo aprendimos desde mi familia, la abuela Saturnina de Cherubini quien me contaba la historia de las apariciones de la Virgen María, bajo la advocación de Durí y del Talquito.
De la mano de mi madre, Ysabel María Cherubini de Briceño, maestra, educadora, quien desde sus inicios en la educación rural, nos transmitió su pedagogía. De la mano de mi padre Jesús María Briceño Briceño, un conocedor de muchas historias de Jajó y del estado Trujillo, del tío Carlos de Jesús Cherubini Briceño, un explorador de montañas y sueños a quien acompañé en varias aventuras, al primo pintor popular de Jajó, Jesús "Chuy" Araujo Briceño, hacedor de máscaras ancestrales, al tío maestro del pueblo Don José del Carmen Briceño, entre libros y bebidas espirituosas, en su covacha, nos contaba historias y leyendas del pueblo. A mi tía Doña Elisa Briceño de Pineda, eterna guardián de las vivencias de nuestra familia en Jajó, en oración permanente a Dios haciendo brotar destellos de luz sobre todos nosotros.
En el aniversario del pueblo de Jajó, ofrecemos estas notas sobre la aparición de la Virgen del Talquito de Jajó.
Aquella imagen aparecida en una piedra en la Hacienda de Durí, reaparece en una lámina de Talco en el pueblo de Jajó. En el Cerro Esdovás, carretera que conduce al pueblo de La Quebrada, en el municipio Urdaneta, entre Quebrada de Cuevas y La Quebrada, se encuentra una cueva con miles de toneladas de Mica (Talquito). El Talco es un mineral que lo utilizan para darle colorido al Pesebre, se le echaba anilina de varios colores y se le tiraba a las sábanas embodegadas de almidón que harían las veces de cerros del pesebre. MICA (Del lat. mica, miga, quizá con infl. de micare, brillar). f. Mineral compuesto de hojuelas brillantes, elásticas, sumamente delgadas, que se rayan con la uña. Es un silicato múltiple con colores muy diversos y que forma parte integrante de varias rocas.
En un folleto publicado en el año 1937, en una Novena con permiso para la publicación por el Arzobispo de Mérida, de fecha 13 de Mayo de 1937, escrito por el párroco de Jajó, el Presbítero Eloy de J. Viloria, nos cuenta la historia de esa segunda aparición. Escribe el Padre Viloria que "las exigencias de muchas personas fervientes devotas de la Virgen de Durí" y el deseo de que haya algún devocionario en honor de tan milagrosa imagen, me ha impulsado a arreglar la presente Novena; a la cual, a modo de prólogo, he querido hacer preceder de algunos rasgos históricos conservados por una tradición constante, acerca del origen de la Prodigiosa Imagen de la Virgen del Rosario y de su culto en la Capilla de Durí".
Sobre la aparición de la Virgen en una lámina de Talco, en el pueblo de Jajó, nos narra el padre Viloria, que el 22 de Diciembre del año 1936, cuando algunas personas que se encontraban en casa del señor Obdulio Araujo, limpiando un poco de talco para el pesebre, una de ellas, la señorita Digna López, observó detenidamente una bella imagen que aparecía en la lámina de talco. Con mucho celo la señorita López se guardó la lámina de talquito y el día 3 de Enero del año 1937 dio parte de aquella aparición. El día 5 de Enero de ese año, llegó al pueblo de Jajó el señor Arzobispo de Mérida, Monseñor Acacio Chacón, quien dio fe de la aparición en la lámina de talquito.
El pueblo de Jajó en masa, pidió al Prelado que se fijara la Aparecida Imagen en la Iglesia Parroquial y la señorita López, no pudiendo negarse a tan categórico reclamo, le cedió gustosa, exigiendo solamente que se la dejara llevar a Mérida para colocarla en un relicario de plata. Así se hizo y en aquella ciudad fue objeto de extraordinario culto por la multitud de milagros obrados allí por la Virgen en su imagencita de talco. Por último, el 28 de Junio del año 1937, en medio de un regocijo inusitado fue regresada a este su pueblo de Jajó la milagrosa imagen.
Fuente: Diario El Tiempo
rabriche@hotmail.com
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