Juan
Bautista Araujo, el «León de la Cordillera».
Célebre
caudillo militar trujillano, Participó en diversos conflictos armados del siglo
XIX venezolano tales como la Guerra Federal (1859-1863), la Revolución Azul
(1868-1870), la Revolución Reivindicadora (1879) y la Revolución Legalista
(1892).
Juan
Bautista Araujo, apodado el «León de la Cordillera». Nació en Niquitao, Estado Trujillo el 24 de Junio de 1833. Su padre fue el
Coronel Juan Baptista, veterano de la Guerra de Independencia. Juan
Bautista Araujo creció con sus medio-hermanos José Manuel y Trinidad Baptista
escuchando los relatos del padre sobre combates y escaramuzas, bajo la
conducción de Simón Bolívar, de Rafael Urdaneta, de José Antonio Páez y de Cruz
Carrillo.
El
Coronel Juan Baptista se hizo acompañar de su hijo Juan Bautista, quien a
los 13 años y no quizo aceptar el
apellido que el padre le ofrecía mediante el reconocimiento, conservando el de
su madre, pero obedeciendo y venerando al padre, del cual recibio gustoso
enseñanzas y propensión a la carrera militar.
Veinte
años después, cuando a finales de 1859, el General Ezequiel Zamora derrota las
tropas conservadoras y avanza hacia Guanare, el joven Capitán Araujo, al frente
de un destacamento que colecta ganado para las tropas del Gobierno, acantonadas
en la ciudad de Guanare, enfrenta las avanzadas federales y realiza prodigios
de valor, al defenderse y evitar que el rebaño difícilmente reunido en la sabana,
caiga en manos de los soldados de Zamora, quien al observar el coraje del joven
oficial conservador, exclama con notoria admiración: "¡Qué palo de hombre
es ese muchacho!".
En
febrero de 1870, Juan Bautista Araujo va a combatir la invasión Guzmancista y
participa en la acción de Guama, donde las tropas gubernamentales son
derrotadas por la vanguardia Guzmancista comandada por el General Matías
Salazar.
Este
al reparar en la resistencia que uno de los destacamentos vencidos opone en su
retirada y apreciar el altivo porte y el denuedo del joven oficial que lo
dirige comenta: "¡Da lástima tener que matar a un hombre como
ese...!".
Ese
oficial es el ya aguerrido hijo de Juan Baptista. Las tropas de Juan Bautista
Araujo, asediadas por los guzmancistas que constituyen una fuerza superior en recursos
bélicos, se defienden con hábiles maniobras de marchas y contramarchas; Araujo
dispone una emboscada contra el adversario en las cercanías de Mucuche. El
General Víctor de Jesús González alias El Tuerto, cae herido y atrapado bajo la
bestia que cabalga, la cual resulta muerta, se desbandan los cuatrocientos
gubernamentales mandados por él, y éste al ver que Juan Bautista Araujo se
acerca para hacerlo prisionero le grita enfurecido: -Mira, Juan, calvo del
carajo, tené en cuenta que si yo te hubiera cogido, ya te habría matado.
En
1871, Juan Bautista Araujo, es árbitro de los destinos de su tierra nativa con
la colaboración de sus hermanos, José Manuel y Trinidad Baptista, de su primo
Federico Araujo y de un brillante contingente de oficiales, vástagos de las
familias conservadoras de la región.
El
25 de noviembre de 1871 las tropas de Pulgar atacan la ciudad de Trujillo,
principal reducto del general Araujo.
Después
de un combate sangriento en que zulianos y trujillanos se acometieron con
denuedo rayano en la ferocidad, ante la superioridad numérica y de armamentos
de la gente de Pulgar, Juan Bautista Araujo decide retirarse, consciente de la imposibilidad
de triunfar ante tan poderoso enemigo.
Las
tropas liberales le persiguen y acosan sin tregua, pero él, combinando la
serenidad y el valor con las más sorprendentes estratagema, logra ponerse a
salvo por los ásperos caminos montañeses, alcanza el territorio de Barinas y
finalmente pasa la frontera colombiana, instalándose con sus seguidores como
exilado en una residencia próxima a la ciudad de Cúcuta.
Después
de la Revolución Reivindicadora (1879), Guzmán Blanco busca granjearse su
simpatía con el objeto de lograr su incorporación en la causa de abril y con su
ayuda, pacificar el estado Trujillo.
Para
1880, el General Juan Bautista Araujo llamado por Guzmán, es designado
Presidente del Gran Estado Los Andes, integrado por las secciones Táchira,
Mérida y Trujillo. El Presidente Guzmán Blanco además recomienda al Congreso
Nacional el ascenso de Araujo como General en Jefe de los Ejércitos de
Venezuela. Durante los 18 años siguientes el nombre del General Juan Bautista
Araujo será el centro de los principales acontecimientos de la región andina.
Las
vinculaciones del General Araujo con el partido liberal guzmancista se relajan
y él vuelve a ser el máximo e indiscutido jefe de los conservadores en Los
Andes.
El
General Araujo, quien cuenta con una numerosa prole que va a constituir los
relevos de su actuación política y militar -Pedro Araujo, Eliseo Araujo, Manuel
Salvador Araujo, Juancito Araujo-, se retira de la vida pública para dedicarse
a cultivar sus tierras de Jajó y Tuñame.
Su
bravura en los combates le ha deparado el popular epíteto de León de la
Cordillera, y su sencillez y probidad le han consagrado entre las gentes cultas
como el Cincinato de Los Andes venezolanos.
En
febrero de 1898, después de una penosa enfermedad, el General Juan Bautista
Araujo muere rodeado de sus hijos, impartiéndoles consejos y conminándolos al
buen proceder y a la prudencia en sus futuras acciones de hombres públicos.
Al
conocerse su deceso, el Presidente del Gran Estado Los Andes, General Espíritu
Santo Morales, su adversario liberal, dicta un decreto en el que exalta los
grandes méritos del extinto y dispone duelo público en todo el territorio
andino, en honor al eximio General en Jefe de los Ejércitos de la República.
Fuente:
"Gente de Venezuela", Tomo II, del autor Jorge Maldonado Parrilli.