viernes, 15 de junio de 2012

Patrono de Jajo: San Pedro, celebración 29 de Junio


29 de junio, San Pedro y San Pablo

Festejamos el martirio de dos Apóstoles
La solemnidad conjunta de San Pedro y San Pablo es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, que se celebra el 29 de junio. La fecha bien puede ser el aniversario de sus muertes, por el traslado de sus reliquias. Los católicos celebramos esta fiesta con toda solemnidad. En las últimas décadas, esta celebración ha sido de vital importancia para el moderno movimiento ecuménico, como una ocasión idónea en la que el Papa y el Patriarca de Constantinopla han oficiado servicios eclesiásticos encaminados a que sus iglesias se acerquen a la intercomunión, como una participación en lo común.

Estos mártires dieron testimonio de lo que habían visto
De los sermones de San Agustín, obispo
El 29 de junio, para nosotros los católicos, es un día sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. No nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto con un desinterés absoluto; dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.

San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que llegó a oír de él estas palabras: “Ahora te digo yo: Tú eres Pedro”. Él había dicho antes: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Y Cristo le replicó: “Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”.
En un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles, pues ambos eran, en realidad, una sola cosa, aunque han sido martirizados en días distintos. Primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos esta fiesta sagrada para nosotros, por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.
Oración
“Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de San Pedro y San Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén”.